Los millennials o ‘generación Y’ han roto los estándares entre las características que se buscaban en los altos mandos en las diversas firmas pues globalización demanda los nuevos cambios, muchas empresas han dicho adiós al esquema militarizado.
Esta nueva generación se caracteriza por ser empáticos, se relacionan muy bien con otras generaciones anteriores además que los califican como mentores por la experiencia adquirida a través del tiempo y lo respetan, sin embargo son muy críticos y sus sugerencias pueden romper esquemas y parámetros establecidos con la empresa, además son ambiciosos pues quieren asumir responsabilidades que puedan desarrollar su carrera lo más rápido posible.
En el ámbito personal no son capaces de sacrificar su tiempo y libertad por el trabajo, pues buscan trascender en la vida y no solo ven el famoso “ganar dinero” en sus mentes, tal como sucedía con la generación X los cuales pertenecen muchos padres, sino realizarse como personas. Equilibrar su entorno personal con el laboral es su emblema, donde tanto ellos como la empresa ganen.
Los jóvenes de hoy son los llamados “talentos” y ha originado una guerra entre los head hunters para cazarlos pues la inestabilidad ha originado movimientos ya que volver a contratar a una empresa de seleccion de ejecutivos para luego entrenarlos cuesta mucho dinero. Producto de ello han dado más chances a los executives coaching para mejorar la eficacia de los altos cargos ya existentes o “mayorcitos”.
La inclusión de millennials a las compañías está tomando vital importancia, tal como comenta Alfonso Moreno, director de otra empresa de selección de personal “Los millennials funcionan bien en organizaciones con alta flexibilidad para trabajar contra objetivos, en equipos multifuncionales, virtuales, que les permitan ser creativos y producir resultados” afirma.
Finalmente si buscamos una continuidad en el negocio entonces debemos aprender a incluirlos pues es inevitable, ellos serán los gerentes y ejecutivos de alto cargo en el futuro cercano. Tal como lo dice Campos: “El objetivo consiste en caminar al mismo ritmo; quizá unos tendrán que apretar el paso y, los otros, ajustarse a los demás. La realidad es que el mundo no se va a parar, y si queremos asegurar la continuidad del negocio, tenemos que ver cómo aprovechamos las competencias de los jóvenes. Nos guste o no, ellos son los futuros gerentes”..